Hay dos tipos de personas en el mundo: Los zorros y los puercoespín. Si, como la vieja fabula que quizás alguno conozca.
Corría el año 1989 y todo el mundo miraba asombrado y con duda su televisor, veía como el largo muro- la cortina de hierro - de Berlín se desplomaba. Con mucho más asombro Philip Tetlock miraba a sus colegas. Nadie lo vio venir. Ningún cientísta político, economista, comentarista o periodista. Por el contrario, comentaban la estabilidad del sistema mundial de polaridades, EEUU vs URSS, donde todo hecho político cabía en esa cómoda interpretación. Pero esa explicación ya no era más útil, ni tampoco lo fue para predecir lo que vendría.
Por ese entonces Tetlock estaba embarcado en el proyecto "Buen juicio" en el cual solicitaba a expertos en política predicciones sobre futuros escenarios y media su exactitud. El resultado no fue sólo un fracaso respecto a las predicciones del fin de la guerra fría, sino un fracaso en las predicciones en general (el estudio duró de 1984 al 2003 donde se reunieron al rededor de 28.000 predicciones). Los expertos eran apenas ligeramente mejores que lo que sería cualquiera lanzando una moneda para elegir entre dos posibles futuros escenarios por azar; y eran definitivamente peores que la más básica predicción de simplemente extrapolar la tendencia actual.
Sin embargo, no todo el panorama era tan gris. Tetlock rápidamente identificó mejores predictores que otros, y no sólo eso, también verificó consistencia en sus predicciones, mejorando en la medida que más predicciones hacían, mientras que los otros sólo empeoraban. Intrigado, decidió explorar más sobre la personalidad y enfoque de estos dos grupos de expertos.
Mientras que por el contrario, los zorros eran expertos dispuestos a encontrar más de una explicación, multidisciplinarios en contacto con otras áreas e influencia a pesar de ser ideológicamente contrarios, adaptables en su enfoques, autocríticos y dispuestos a reconocer los errores en sus predicciones, tolerantes a la complejidad (se sienten incluso cómodos con la idea que hay cosas que no se puedan explicar), cautos, rara vez son tajantes en sus juicios, y empíricos.
Resultó que varios puercoespines trabajaban además en televisión, ciertamente son muy atractivos para los medios: una explicación simple de comunicar, seguridad en sus juicios y taxativos en sus afirmaciones. Sin embargo, según descubrió Tetlock, mientras más fama, peor predicción. Los zorros en cambio, no son deterministas, sino probabilistas (lo que no es muy atractivo para vender un libro o en un noticiero), sin embargo, hacen mejores predicciones y mientras más datos reciben, mejores predicciones hacen, adaptando sus explicaciones a los nuevos datos. Mientras que los puercoespines tienden a ajustar los datos a su teoría o descartar aquellos que no la confirman.
Pero esta clasificación no sólo aplica los expertos o intelectuales, hay mucha gente que puede ser catalogada como zorros o puercoespín según la manera en que enfrentan la vida. Se podría aplicar para los fanáticos de un único dios (ya sea este la ciencia o la religión) versus los que no tienen problemas de aprender ciencia y rezar al mismo tiempo. O incluso los partidistas o fundamentalistas incapaces de conceder al rival cualquier acierto, .
Incluso tú mismo. Hay una forma rápida de saber si eres un zorro o un puercoespín, un test de una sola pregunta para determinar que tipo de persona eres. Es tan simple como preguntarte a ti mismo: ¿De verdad crees que sólo hay dos tipos de personas en el mundo?.
Algunas fuentes:
Tedlock, P.E. "Expert political judgment: How good is it? How can we know?". Princeton University Press.
Silver, N. "The signal and the noise".